Aproximación a la colección “Voz Viva” de la UNAM

06 Ene 2017







Por Susana González Aktories

Ver PDF

 

Historia e identidad de “Voz Viva”

La colección “Voz Viva” de la UNAM ha jugado un papel crucial en el ámbito hispanoamericano, en lo que a lecturas sonoras de textos literarios se refiere. El proyecto, derivado de las inquietudes que desde mediados de los años cincuenta comenzaron a surgir en el seno de Radio UNAM,[1] oficialmente arrancó como “Voz Viva de México” bajo la dirección de Max Aub en 1960,[2] con el registro y la edición de una lectura en voz de Alfonso Reyes. Dio inicio así una labor que se ha extendido durante 56 años, con la misión de grabar y luego difundir las lecturas de autores consagrados. Las ediciones, que en un principio se comercializaron en discos de acetato, con el tiempo migrarían a otros formatos como la cinta en casete y el CD.

El impacto y reconocimiento internacional que por su trascendencia tuvo esta iniciativa ya en aquellos primeros años, pronto motivó la ampliación de sus horizontes, sobre todo tras la petición oficial que en 1965 externara la Unión de Universidades de América Latina a la UNAM, de extender el marco de la colección. Ello llevó a que Aub impulsara también la creación de “Voz Viva de Latinoamérica”. Con ambas series, “Voz Viva” se comenzó a distinguir como la colección más amplia en recoger lecturas de autores hispanoamericanos. Al catálogo se irían sumando con los años nuevas ramificaciones, tanto geográficas como temáticas; según reporta la actual editora de la colección, Carolina Domínguez, surgieron además de las dos series mencionadas, “Voz Viva de la Literatura Mexicana”, “Voz Viva Música Nueva”, “Voz Viva Folklore”, “Voz Viva para la Escena”, “Voz Viva Los Universitarios”, “Voz Viva Testimonios Políticos”, “Voz Viva Edición Especial”, “Voz Viva El Autor”, “Voz Viva Popular”.[3]

El interés por hacer crecer el corpus fue producto también –como ocurrió a mediados del siglo XX en tantas otras latitudes– del dominio que se comenzaba a tener de las nuevas y cada vez más accesibles tecnologías de registro sonoro. Así lo relata el escritor Mauricio Molina, quien fungió durante un periodo como coordinador de la colección:

Los medios masivos de comunicación, como la radio y la televisión, permitieron que múltiples escritores se acercaran a un público más amplio sirviéndose del sonido y de las imágenes. En México, en la UNAM este encuentro se daría primero durante los años cincuenta con el grupo Poesía en Voz Alta de la Casa del Lago y luego con la creación visionaria de Max Aub, en 1959, de la colección  Voz Viva. […]  en las colecciones de Voz Viva de México y Voz Viva de Latinoamérica se han dado cita algunos de los autores más importantes de la segunda mitad del siglo XX en nuestra lengua. (Molina,  2004: 105)

 

Estos avances tecnológicos ofrecieron además una mayor movilidad, permitiendo que el registro de voces ya no se limitara sólo a los estudios de grabación de la radiodifusora universitaria. Adriana Cortés recoge a este respecto las siguientes anécdotas de los fundadores:

Rodolfo Sánchez Alvarado, quien desde 1955 hasta 1980 participó en la grabación de más de cien números de esta colección, refiere que la primera grabadora profesional fue “una AMPEX americana que ante los cacharros de 1937 era el último grito de la moda y la guardaban como si fueran las joyas de la corona”. Con esta máquina se hicieron las primeras grabaciones de lo que años después se conocería como la colección Voz Viva de México. El ingeniero Miguel de Mendizábal, encargado de registrar las primeras voces de los escritores pertenecientes a esta colección, “se fue a Cuernavaca con aquella grabadora           —afirma Sánchez Alvarado— metida en unos baúles para captar la voz de Alfonso Reyes, con quien inicia la colección”. El disco en acetato fue editado por primera vez en 1960. (Cortés, 2009)

 

La apertura de las instalaciones en el campos de Ciudad Universitaria y la consecuente reestructuración de algunas de sus dependencias, presentaron la coyuntura ideal para formalizar la creación de un espacio de gestión específico para “Voz Viva”, que por entonces de había consolidado como un proyecto de largo aliento, y para el cual Radio UNAM ya no podía ofrecer la infraestructura suficiente. La colección encontró así nuevo acomodo, durante una primera etapa, bajo la Coordinación de Extensión Universitaria que estaría a cargo de Jaime Gracía Terrés.[4] Luego, a partir de que en 1986 dicha Coordinación se replanteara como órgano de Difusión Cultural de la UNAM,[5] “Voz Viva” recibiría el status de Departamento dentro de la Dirección General de Literatura y Fomento Editorial de la UNAM –actualmente coordinada por Rosa Beltrán–, ocupando una de sus seis áreas de gestión.[6] Sus funciones van desde dar seguimiento a los requerimientos legales que implican los derechos de reproducción de las voces, hasta la difusión de las grabaciones, pasando por las necesidades específicas de edición exigidas para cada volumen. Y éstas involucran –además del plano sonoro que demanda ingenieros de grabación así como responsables de edición y masterización– la elaboración de un contenido textual, la captura, el cuidado de la edición de dichos materiales y el diseño de las portadas.[7]

Más allá de las labores logísticas que han demandado mucha atención y cuidado, el éxito de la colección sin duda también se debe al interés, la empatía y el conocimiento que de las letras mexicanas e hispanoamericanas han tenido los directores de las citadas instancias, siendo autores muchos de ellos también, al igual que ha ocurrido con los propios coordinadores de “Voz Viva”: baste pensar en figuras que van desde los ya mencionados Aub y Molina, hasta la de Carlos Monsiváis, por mencionar sólo algunos.

La labor ininterrumpida de edición y preservación de estos documentos orales durante 45 años, le mereció a la colección “Voz Viva de México” en 2005 el reconocimiento de la UNESCO, que la inscribió como patrimonio cultural en el Registro de Memoria del Mundo.[8]

El proyecto a la fecha se ha mantenido durante más de medio siglo, tiempo en el que ha logrado compilar en tirajes de entre 1000 y 2000 ejemplares, algunos de ellos reeditados más de una vez,[9] un valioso acervo con cerca de 250 voces de autores prominentes del ámbito hispanoamericano del siglo XX y XXI, en lecturas que sin duda son “de antología”.

 

Apreciaciones generales sobre la colección: un secreto bien (res)guardado

 

Aun tras un primer intercambio vía correo electrónico iniciado con Carolina Domínguez entre el 25 y el 27 de marzo de 2015 y dos visitas personales a la Dirección General de Literatura, donde hubo desde el comienzo una gran disposición para apoyar el proyecto de investigación de PoéticaSonora,[10] no fue posible a los miembros del equipo conocer el lugar exacto ni las condiciones físicas en las que se resguarda el acervo de Voz Viva. Sólo se sabe que ahí se conserva al menos una copia de cada uno de los soportes editados, y que éstos se ubican en la oficina que actualmente ocupa Domínguez en la mencionada Dirección. Si de un tiempo para acá uno de los dos objetivos que tiene la Dirección de General Literatura en lo referente a esta colección es resguardar las grabaciones “que por su antigüedad corren el riesgo de sufrir algún daño”,[11] se podrá asumir que las oficinas ofrecen las condiciones aptas para la conservación de estos ejemplares únicos. En todo caso, otro espacio al que se envió una copia de la mayor parte de los discos en vinilo para su resguardo fue el archivo sonoro de la Fonoteca, mediante un convenio firmado entre la UNAM y la Fonoteca Nacional, a través del Consejo Nacional para la Cultural y las Artes como órgano legal de ésta última. No obstante, debido a que no se ha podido renovar el acuerdo con la UNAM desde el cambio que para la Fonoteca significó la conformación de la nueva Secretaría de Cultura, hay un número importante de grabaciones que aún sigue sin integrarse a este repositorio.

Sobre las condiciones de resguardo, tras una visita realizada a la Fonoteca, se comprobó que sus bóvedas tienen un control riguroso de temperatura y de higiene (imagen 1), con lo cual se pretende garantizar que sus materiales sufran el menor grado de deterioro posible.

 

Imagen 1: bóveda de la planta baja de la Fonoteca Nacional

 

En esta visita hubo además la posibilidad de entrevistar a uno de los técnicos, quien además comentó que tanto las cintas magnéticas originales (imagen 2) como los discos en vinilo de la colección fueron mayormente digitalizados in situ y forman parte del banco sonoro consultable internamente, gracias al sistema de cómputo con el que cuenta esta institución.

Imagen 2: parte de la colección de Voz Viva

en cintas magnéticas y ejemplares de CDs en las bóvedas de la Fonoteca Nacional

 

También la propia UNAM ha hecho desde hace más de quince años esfuerzos de migrar las grabaciones analógicas de la colección a un formato digital, al contratar los servicios “de un especialista para realizar el transfer de carrete abierto a dat” (ídem) quien, al concluir el año 2000, había logrado resguardar 200 de las 300 cintas existentes. Los materiales digitalizados de “Voz Viva” también fueron compartidos para su difusión parcial en el portal de podcasts de DescargaCultura de la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, según compartió su directora Myrna Ortega durante el “Primer Encuentro de Archivos de Poesía y Arte Sonoros”, quienes conservan sus materiales digitales en al menos tres copias distintas, previniendo que una de ellas pueda sufrir daños irreversibles. Varios de estos fragmentos de la colección se encuentran de esta forma a disposición en red,[12] junto con otras grabaciones con los que cuenta DescargaCultura de los mismos autores, realizadas en otros contextos en la UNAM.

 

En lo que toca al catálogo mismo de la colección, durante la última visita realizada el 9 de agosto a la Dirección general de Literatura, se obtuvo una lista actualizada de títulos por parte de Carolina Domínguez, pero con datos básicos, que aparecen incompletos (véase imagen 3).

 

Imagen 3: reproducción de la primera página de ocho, en las que se ha

capturado el listado de obras editadas en Voz Viva hasta agosto de 2016

 

La información que se muestra en dicho listado hace constar lo siguiente:

  • Por los intereses expresados a Domínguez en cuanto al presente proyecto de investigación, la lista compartida se limitó a cinco de las nueve las series arriba mencionadas (“Voz Viva de México”, “Voz Viva de América Latina”, “Voz Viva de Literatura Mexicana”, “Voz Viva de México Popular” y “Voz Viva América Latina Popular”).
  • Hay dos distintos listados que aparecen por colección, según el tipo de soporte: acetato o disco compacto, pero sin incluir las re-ediciones por paquetes hechas en casete entre 1999 y 2000.[13]
  • Se incluyen como categorías/datos:
    • la clave de edición seguida del número (VV, en caso de tratarse de la serie “Voz Viva de México”; VVAL para la serie “Voz Viva de Latinoamérica”; LM para “Voz Viva Literatura Mexicana”, VVMP para “Voz Viva México Popular”; y VVALP para “Voz Viva América Latina Popular);
    • el título, que sin embargo en muchas ocasiones se confunde con el nombre del autor;
    • el año de reedición, pero sólo en referentes a reediciones del 2008 para acá, no así de las reediciones que se hicieron de los acetatos en formato de CD; dicho dato figura casi siempre entre paréntesis y casi siempre en color rojo, después del supuesto título del disco; sólo en el caso del disco de Carlos Pellicer es seguido por los datos sobre la coedición –con “Tabasco”–, pero extrañamente no ocurre lo mismo con el disco de Fernando del Paso, coeditado en el 2000 por el Fondo de Cultura Económica en su colección “Entre Voces”.

Como observación inicial para un catálogo más completo que considerara otras categorías básicas, sería de interés incluir el año original de la primera edición, tener un apartado para el autor y uno independiente para el título, dar cuenta del tiraje, del número de reediciones, de los formatos en los que se ha comercializado y de los géneros literarios que presenta cada volumen.

En cuanto al número de títulos, en particular los que se relacionen con el proyecto de PoéticaSonora y que integran las primeras dos series, se enlista de “Voz Viva de México” un total de 131 títulos más cuatro sin número –se trata en estos casos de compilaciones antológicas, salvo por el álbum arriba citado de del Paso, y que también carece de número por ser el único que de la serie que fue co-editado–. Esta lista respeta la numeración de los 73 discos aparecidos originalmente en vinilo, que en su mayoría fueron también editados en CD, y continúa la misma secuencia para registrar las nuevas ediciones que ya sólo aparecieron en este formato digital. Por su parte, “Voz Viva de América Latina” presenta un total de 42 títulos, de los cuales 35 fueron inicialmente editados en acetato.[14]

Sobre el criterio de selección general, Domínguez sólo se refirió a que éste se ha desarrollado sobre la marcha, lo cual no revela si ha habido o existe actualmente un programa editorial con nombres de autores previamente definidos, ni con qué periodicidad se planean o proyectan dichas ediciones. Se sabe que en ciertas etapas han implementado procesos de selección que fueron determinados por un comité especial,[15] pero no consta mayor información respecto al perfil de sus integrantes, ni sobre las políticas editoriales establecidas. Lo que queda claro es que en general no parece haber habido duda sobre la pertinencia e importancia de los nombres hasta ahora incluidos, que por muy diversos motivos y desde distintos parámetros (premios, reconocimiento internacional, trayectoria, entre otros) muestran tener el peso y la calidad para figurar en “Voz Viva”.

La responsabilidad en cuanto a los materiales elegidos para las lecturas en voz alta, según comenta la actual editora, suele correr a cuenta de los propios autores. Si bien se les ha hecho en algunos casos sugerencias sobre las preferencias de registrar ciertas obras, en general son ellos mismos quienes han determinado los textos a ser grabados.[16] Un dato que no es menos relevante para las consideraciones de esta investigación es que aun cuando haya escritores –sobre todo poetas– que conocen sus obras de memoria, el gesto performativo que comúnmente caracteriza estas grabaciones implica una “lectura”, esto es, un tipo de interpretación cuya enunciación sigue en forma literal un texto previamente establecido, tomando la escritura no sólo como instrucción a ser interpretada, sino también como modelo o referencia “original”, con lo cual implícitamente se da una mayor jerarquía y un protagonismo al texto respecto a la ejecución.[17] Por lo general se trata aquí, además, de textos “reconocidos”, que han circulado antes en ediciones impresas, aunque hay también casos contados en los que se incluyen lecturas de textos inéditos, como ocurre con algunos poemas de David Huerta, Eduardo Casar o Marco Antonio Campos. Y estos datos son revelados tanto en el índice como en la información promocional del disco.[18]

Sobre los criterios según los cuales se catalogó a los autores de acuerdo con las diversas series, Domínguez sólo observó que éstas se abrieron en sus inicios “según las exigencias del momento”.[19] La similitud en nombres de algunas de las series puede sin embargo generar más confusión que claridad: quien desconoce, por ejemplo, que “Voz Viva de México” se distingue de “Voz Viva de la Literatura Mexicana” en el hecho de que la primera toma como referencia la lectura hecha por los propios autores, mientras que en la segunda son otros quienes prestan su voz a la lectura de los textos, podrá no entender las razones por las que no se encuentran todos los volúmenes de los escritores mexicanos dentro de una misma serie. Una duda similar puede surgir respecto a “Voz Viva de México” y la serie llamada “Voz Viva del Autor”. Si bien estas inquietudes se disiparían mediante una presentación que explicara con claridad los criterios bajo los que se agrupan las series, no existe un lugar en el que esto pueda consultarse públicamente, ni en la página de Literatura UNAM, ni en el portal de DescargaCultura, donde incluso se han seguido las ya señaladas sub-secciones de Voz Viva, añadiendo una amplia lista de otras tantas series.[20]

Continuando con la facilidad de consulta que se ofrece de la información del catálogo, a la pregunta de si existe una lista de éste que se encuentre publicada en red, se obtuvo como respuesta: “No hay ningún sitio en donde se pueda consultar el catálogo de Voz Viva.”[21] Esto se confirma al acceder nuevamente a la página de Literatura UNAM, cuya sección “Voz Viva” presenta un listado de CDs de edición más o menos reciente, pero sin un claro orden cronológico, ni por autor, ni tampoco por serie.[22] Lo mismo vale para los géneros literarios, que no parecen haber sido un criterio clasificatorio: en la misma colección de “Voz Viva de México” pueden encontrarse desde cuento y fragmentos de novela, hasta ensayo, teatro y poesía.[23]

El panorama se presenta menos transparente todavía, si se quiere consultar la información específica de los contenidos por edición, esto es, la lista de los diversos tracks o segmentos que componen las grabaciones. Sería deseable en una revisión disco por disco, rastrear no sólo las obras que lo integran, sino también indicar las fuentes originales, en su gran mayoría provenientes de libros ya publicados, ponderando el lapso temporal que éstos abarcan, en caso de tratarse de lecturas que ilustran distintas etapas de producción de un mismo autor.

En suma, llama la atención la carencia de esta información y la escasa disponibilidad que se da de la misma al público, sobe todo a diez años de que –con motivo del citado Registro Mundial por parte de la UNESCO– el entonces Director de Literatura Gerardo Kleinburg ya manifestara que reconocimientos como éste comprometían a la UNAM a preservar la colección, vigilar su adecuado desarrollo y a mantenerla “perfectamente organizada para planear su difusión por distintos medios” (Alcántara Mercado, 2006).

Una de las vías para su difusión sin duda se presentó con la firma, en noviembre de 2014, de un acuerdo entre la UNAM y el Instituto Cervantes en España, mediante el cual éste último pretendía poner a disposición el catálogo para su consulta en la biblioteca digital del Instituto.[24] Lo que parece haberse cristalizado de esta intención, sin embargo, es sólo la inclusión de breves muestras de grabaciones en mp3 (apenas unos minutos por cada una) de tan sólo 12 autores, que debieron haber sido proporcionados por DescargaCultura, a la que se hace referencia mediante un hipervínculo.[25]

Las muestras de reconocimiento que la colección ha recibido, tanto a nivel institucional (por parte de la propia UNAM), como nacional e internacional, y las declaraciones bien intencionadas que han tenido varios de sus directores en querer reactivar y dar “vida” a esas vivas voces, no parecen haber tenido el efecto suficiente como para traducirse en la información necesaria que permita un mayor conocimiento y que motive un estudio más amplio o profundo de los tesoros que alberga “Voz Viva”. No ayudan tampoco las restricciones que tiene la colección por los derechos de autor en cuanto a su reproducción en red, ni apoya la limitada distribución de sus ediciones que, dicho sea de paso, cada vez más corren el riesgo de convertirse en piezas de arqueología para las cuales el usuario está dejando de tener aparatos aptos para su reproducción.[26] Las voces que ahí se conservan y resguardan prometen no extinguirse, ¿pero hasta cuándo? Por lo pronto, les siguen pareciendo a algunos, como Jorge Fernández Granados, piezas de museo:

Al día de hoy, el catálogo de voces de la colección Voz Viva, de la UNAM, bien podría compararse con un museo. Un museo y una biblioteca. La voz permite una peculiar intimidad que está a medio camino entre la presencia del autor y su libro; oír la voz de éste leyendo sus propias obras es en parte una experiencia de lectura y en parte una de actuación. Digamos que el autor es un representante, un intérprete de sí mismo al leer sus propios textos; su voz puede lo mismo sorprendernos que desconcertarnos, o de plano disgustarnos. Hay por esto una tentativa museográfica en la colección: se trata de una ambiciosa exposición de autorretratos. (Fernández Granados, 2001).

Pero si se limita el acceso y el acercamiento a las voces bajo un argumento falaz de su conservación, como ha sucedido a menudo con las tradicionales tentativas museográficas, el riesgo de que éstas pasen de un museo a un mausoleo se vuelve cada vez mayor. Por ello urge dar otro impulso, primero para poner a disposición más información general sobre el catálogo y sus contenidos, y luego, con suerte, para ofrecer esta información completa en libre acceso en red.

 

Una mirada a las voces poéticas de “Voz Viva de México”: consideraciones para el repositorio proyectado de PoéticaSonora

 

Entre la rica y sin duda muy representativa nómina de autores mexicanos que se remonta a las épocas de Alfonso Reyes y de los Contemporáneos, y se extiende a los autores más actuales, conviene para los intereses del proyecto de repositorio digital en audio de Poética Sonora (en lo sucesivo RDA) centrarse en aquéllos que presentan lecturas bajo el género de poesía. En el enlace ya citado de la Enciclopedia de la Literatura en México de la Fundación para las Letras Mexicanas (véase nota 21), la lista de poetas mexicanos comprende 31 (sin contar a Neruda). En un ágil repaso del catálogo de los 131 títulos con los que se cuenta hasta la fecha, puede verse que cerca de 40 de ellos contemplan, ya sea total o parcialmente (a veces alternados con narrativa) al género poético. Si se considera además que aquí figuran otros géneros como el ensayo, la novela, el cuento y el teatro, puede confirmarse que la poesía tiene un papel importante, si no es que protagónico.

Sobre los títulos de las colecciones, hay relativamente poca creatividad en ellos. Dado que se asume que en gran medida recogen selecciones de distintas obras, éstas se agrupan, cuando no hay duda de su género, bajo el título genérico de “Poemas”, “Selección de poemas” o bien “Poesía”.

De la nómina misma se desprende la inclusión de muchos de los hitos de la poesía mexicana, desde Alfonso Reyes hasta los Contemporáneos (Jaime Torres Bodet, Carlos Pellicer, José Gorostiza, Salvador Novo), pasando por los protagonistas consagrados durante la segunda mitad del siglo XX, como Octavio Paz, Alí Chumacero, Rubén Bonifaz Nuño, Rosario Castellanos, Jaime Sabines, Efraín Huerta, seguidos por quienes también estaban figurando, como Marco Antonio Montes de Oca, Homero Aridjis y Juan Bañuelos. Actualmente tienen la estafeta de representar a la poesía mexicana a nivel internacional, como Coral Bracho o David Huerta.

En lo que respecta a la inclusión de voces femeninas, ésta ha ido en aumento sobre todo en las últimas dos décadas. La primera figura femenina es Rosario Castellanos, quien aparece en 1961 con un disco en el que decide leer sólo parte de su producción poética, aun cuando la crítica la resaltado más su papel como narradora. Le sigue, apenas a mediados de los setenta, la poesía de Guadalupe Amor. En vísperas de los ochenta y durante toda esa década la cifra de mujeres sube sólo un poco, pero sólo figura Concha Méndez con poesía.[27] A partir de los noventa aparecen representadas con obra poética Enriqueta Ochoa, Carmen Alardín y Griselda Álvarez; y desde el cambio de siglo la cifra se incrementa en cuanto a la nómina de mujeres, pero entre las poetas se edita sólo a Coral Bracho y Dolores Castro, más la edición de una antología de voces femeninas: Eco de sirenas.

Es de destacarse asimismo, el papel que cumplen los escritores españoles que se integraron tras su exilio en el ambiente cultural mexicano. Prueba de ella es la significativa nómina de éstos que forma parte de la serie “Voz Viva de México”, empezando León Felipe (vol. 7 de 1960), seguido luego de Pedro Garfias, Luis Rius, Max Aub y Luis Cernuda (curiosamente también se incluye a Alberti, aunque no estuvo exiliado en México), y años más tarde Tomás Segovia y Ramón Xirau, ambos grabados en los años noventa.

De la serie “Voz Viva de México Popular”, se recoge de nuevo a Gorostiza, Castellanos y Sabines, al parecer editados en 2010 y como reediciones de la serie “Voz Viva de México”.

Del catálogo de la serie “Voz Viva Literatura mexicana” interesaría quizá completar la lista con la obra de Ramón López Velarde, Sor Juana, Villaurrutia, Othon, Nervo, Owen, Tablada la Poesía Náhuatl y Maya, todos ellos leídos por voces que no son del autor. A esta misma colección pertenece la antología de “Poesía Española en México”.

La Enciclopedia de la Literatura en México de la Fundación para las Letras Mexicanas, en su entrada a la descripción de la Dirección de Literatura de la UNAM registra: “En épocas recientes, el Departamento de Voz Viva comenzó a reeditar algunas de las grabaciones en disco compacto; las primeras en entrar a este formato fueron las de Jaime Sabines, Augusto Monterroso y Salvador Novo. También se grabó en disco compacto la voz de los miembros de El Colegio Nacional.”[28] Este último dato, sobre la colección del Colegio Nacional, no consta en el listado ofrecido por el propio Departamento de “Voz Viva”. Hasta donde se tiene conocimiento, los discos en voz de los autores que forman parte del Colegio Nacional, han aparecido como coediciones con la UNAM y no en todos los casos replican los contenidos de las grabaciones que sus autores realizaron dentro de la serie “Voz Viva de México” (por ejemplo el caso de José Emilio Pacheco).[29]

Sin duda hace falta una inmersión más profunda a las obras para una adecuada categorización de las fuentes poéticas que servirán al RDA, pero sirvan hasta aquí de orientación estas consideraciones iniciales.

Berlín, enero de 2017

Anexo

 

Bibliografía

Alcántara Mercado, Estela. (2006) “Inscribe la UNESCO a ‘Lafragua’ y ‘Voz Viva de México’ en Memoria del Mundo. Reconocimiento al valor excepcional de ambas colecciones”, en La Gaceta de la UNAM, México, 11 de mayo de 2006, no. 3894 (http://www.acervo.gaceta.unam.mx/index.php/gum00/article/view/55944, consultado el 9 de agosto de 2015).

Cortés, Adriana. (2009) “Voz Viva de México y de América Latina. Una colección viva”, en Semanario Siempre, 21 de febrero

(http://www.literatura.unam.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=201:voz-viva-de-mco-y-de-amca-latina-una-colecciiva&catid=62:2010&Itemid=126, consultado el 17 de agosto de 2015).

Fernández Granados, Jorge. (2001) “Voz Viva de México”, en Letras libres, febrero de 2001 (http://www.letraslibres.com/revista/letrillas/voz-viva-de-mexico, consultado el 20 de octubre de 2016).

García Sandoval, José Antonio. (2010) “Voz Viva de México, las voces sin tiempo”, preparado para conmemorar los 50 años de la colección en 2010 y editado en www.literatura.unam por Cinthya García Leyva (consultado el 13 de noviembre de 2016).

Molina, Mauricio. (2004) “Voz viva: variaciones de música concreta”, en Revista de la Universidad de México, no. 1, 2004, pp. 104-105.

Pereira, Armando (coord.). (2004) Diccionario de literatura mexicana: siglo XX, México, UNAM/Ediciones Coyoacán, 2ª ed. corregida y aumentada.

s/a. (2003) “Colección Voz Viva de México y América Latina: voces para la posteridad”, El Universal, sección Cultura, 22 de mayo de 2003 (http://archivo.eluniversal.com.mx/cultura/28424.html, consultado el 6 de noviembre de 2016).

s/a (boletín de prensa). (2014) “Las voces de grandes autores en español ya pueden escucharse en la biblioteca electrónica del Instituto Cervantes incorpora destacadas publicaciones digitales de la UNAM, entre ellas la colección Voz viva de México´”, 20 de noviembre de 2014

(http://www.cervantes.es/sobre_instituto_cervantes/prensa/2014/noticias/biblioteca-electronica-ic.htm, consultado el 6 de noviembre de 2016).

 

Otras fuentes:

Catálogo de la biblioteca del Instituto Cervantes: http://catalogo-bibliotecas.cervantes.es/electronica/abnetcl.exe/O7148/ID328412f1/NT3, consultado el 5 de noviembre de 2016.

Descarga Cultura: http://descargacultura.unam.mx, consultado el 5 de noviembre de 2016.

 

Dirección General de Literatura de la UNAM: http://www.literatura.unam.mx/index.php/direccion/historia, consultado el 21 de noviembre de 2016.

 

Enciclopedia de la Literatura en México, Fundación para las Letras Mexicanas: http://www.elem.mx/institucion/editorial/41/1392/424.

Universidad Nacional Autónoma de México. Memoria 2000,  México, UNAM, 2001.

 

 

[1] Adriana Cortés, en un artículo que constituye uno de los escasos recuentos del surgimiento de la colección, explica que su historia  “[…] se relaciona con Radio UNAM donde surgió el proyecto por iniciativa del doctor Efrén del Pozo, quien fue su director general en 1960. El licenciado Pedro Rojas era el coordinador de la emisora, Juan Rulfo el Vocal Ejecutivo, y su asistente, Carlos Monsiváis. Sus fundadores escribieron así sobre la fundación de la colección Voz Viva de México:

Las primeras grabaciones, no obstante, se habían hecho desde 1956, cuando el doctor Nabor Carrillo era el Rector de la Máxima Casa de Estudios y el Lic. Pedro Rojas, el director de Radio UNAM.” (Cortés, 2009). Lamentablemente, en este texto no incluyen las fuentes consultadas, donde constan estos escritos de los fundadores, y la editora a cargo de la colección indicó que no hay una documentación que se pueda consultar para los fines de la presente investigación.

[2] “Max Aub, como tantos otros intelectuales españoles de la época que encontraron en la UNAM un campo propicio para desarrollar su arte, era un hombre visionario que, alentado por la gran pasión que le despertaba la radiofonía, supo entender en su momento la importancia de la voz y la palabra.

El proyecto Voz Viva surgió tres años después de la fundación, en Casa del Lago, del movimiento teatral Poesía en Voz Alta.

Al conocer Poesía en Voz Alta, Max Aub advirtió que la inmediatez de una grabación podía facilitar un mejor acercamiento de los lectores a las obras literarias.” (nota sin autor, “Colección Voz Viva de México y América Latina: voces para la posteridad”, El Universal, sección Cultura, 22 de mayo de 2003 (http://archivo.eluniversal.com.mx/cultura/28424.html, consultado el 6 de noviembre de 2016).

[3] José Antonio García Sandoval, en el breve texto, “Voz Viva de México, las voces sin tiempo”, preparado para conmemorar los 50 años de la colección en 2010 y editado en www.literatura.unam por Cinthya García Leyva, comenta sobre las secciones algo que parece impreciso pero que no se ha confirmado: “Cuando Max Aub asumió la dirección del proyecto propuso la creación de seis sub-series que se sumarían a las dos ya existentes: Serie Literatura Mexicana (obra de autores muertos), Serie Testimonios políticos, Serie Música Nueva, Serie Folklore, Serie Universitarios y Serie Música para la escena. Durante algún tiempo se editaron también las series El autor, Voces de la literatura universal y Ediciones Especiales. Actualmente sólo siguen en marcha las dos primeras series: Voz Viva de México y Voz Viva de América Latina.” (http://ns2241.dizinc.com/contenido/mostrarContenido.html.php?op=print&id=1171, consultado el 6 de noviembre de 2016).

[4] Cfr. Armando Pereira (coord.), Diccionario de literatura mexicana: siglo XX, México, UNAM/Ediciones Coyoacán, 2ª ed. corregida y aumentada, 2004, p. 106 (entrada correspondiente a la “Coordinación de Difusión Cultural”).

[5] La Enciclopedia de la Literatura en México de la Fundación para las Letras Mexicanas, en su entrada a la descripción de la Dirección de Literatura de la UNAM registra que: “En su primera época, durante el rectorado del Doctor Ignacio Chávez, la responsabilidad de las grabaciones de la colección Voz Viva de México recayó en Difusión Cultural, y continuó así durante los periodos de José Barros Sierra y de Pablo González Casanova.” (http://www.elem.mx/institucion/datos/330, consultado el 15 de noviembre de 2016).

[6]  El Departamento de Voz Viva constituye hoy en día una de las seis áreas básicas de dicha Dirección, junto con la Unidad Editorial, el Departamento de Actividades Literarias, la revista Punto de partida, el Departamento de Distribución de Publicaciones y la Unidad Administrativa (información obtenida en el sitio que tiene la Dirección en red: http://www.literatura.unam.mx/index.php/direccion/historia, consultado el 21 de noviembre de 2016).

[7] Llama la atención el papel que ha tenido desde sus inicios el artista plástico Vicente Rojo en el diseño de las portadas de “Voz Viva”, responsabilidad que en años recientes ha tomado el hijo del artista, Vicente Rojo Cama, quien además de ser también artista visual es diseñador y compositor de música electroacústica.

[8] Estela Alcántara Mercado, “Inscribe la UNESCO a La Fragua y Voz Viva de México en Memoria del Mundo”, en La Gaceta de la UNAM, México, 11 de mayo de 2006, no. 3894 (http://www.acervo.gaceta.unam.mx/index.php/gum00/article/view/55944, consultado en agosto de 2015).

[9]  Este es el caso, por ejemplo del disco de Jaime Sabines, que parece haber sido de los más vendidos.

[10] La primera realizada el 25 de noviembre de 2015 y la segunda el 9 de agosto de 2016.

[11] El primer objetivo era seguir ampliando el acervo de grabaciones. Cfr. Universidad Nacional Autónoma de México. Memoria 2000,  México, UNAM 2001, p. 655. https://books.google.com.mx/books?id=sATb3Rs9yDcC&pg=PA655&lpg=PA655&dq=memoria+2000+voz+viva&source=bl&ots=yDGNnM8bpT&sig=5ufK2X_MkkmUjV3irpz55lfnl6U&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwixvJmUrrLQAhUDPRQKHWfsCVoQ6AEIGjAA#v=onepage&q=memoria%202000%20voz%20viva&f=false.

 

[12] La participación de Myrna Ortega en el “Primer Encuentro de Archivos de Poesía y Arte Sonoros” tuvo lugar durante la última mesa del encuentro, titulada “Voz en punto, voz en línea: data, colecciones, clasificaciones”, llevada a cabo el 28 de junio de 2016 en la Sala Julio Bracho del Centro Cultural Universitario de la UNAM. La razón por la cual sólo se ofrecen fragmentos de estas grabaciones tiene motivos legales de derechos de autor, según comentó Domínguez y confirmó Ortega en esa ocasión.

[13] Se trata de tres paquetes temáticos a los que en la Memoria del 2000 se hace referencia como “Antologías”, con cuatro cintas por paquete, que retoman íntegros los materiales de algunos autores, originalmente editados en acetato: el primero sobre el “Inicio de la Modernidad”, en el que se incluyen grabaciones de lecturas de terceros hechas de la obra de Tablada, López Velarde, González Martínez y Nervo; otro de “Los Contemporáneos”, con algunas grabaciones hechas por los autores Gorostiza, Pellicer, Novo y sólo la de Villaurrutia por terceros (en voces de Aurora Molina y Claudio Obregón); y el último, agrupado como “La Generación de la Ruptura”, donde figuran Lizalde, Pacheco, Becerra y Segovia. Cabe mencionar respecto a la primera serie, en la que no se tienen las lecturas de los propios autores, que las voces son de Aurora Molina, Claudio Obregón, Sergio de Alva y Oscar Chávez, mismas que se van alternando dentro de un mismo volumen.

[14] En el intercambio sostenido por correo electrónico en marzo de 2015 con Domínguez, ella comparte que hasta entonces la colección completa comprendía 209 acetatos y 107 discos compactos.

[15]  Cfr. Gerardo Kleinburg (observaciones hechas en Alcántara Mercado, 2006).

[16] Hay casos como el de Gerardo Deniz, donde se especifica que fue Pablo Mora “autor de la introducción (encargado también de la selección)” (http://www.literatura.unam.mx/index.php/colecciones/voz-viva/81-colecciones-voz-viva_2012/269-gerardo-deniz, consultado el 23 de noviembre de 2016).

[17] Como se desarrollará en otra parte teórico-conceptual de esta investigación, una “lectura” de un texto revela un tipo de oralidad, distinguible por adoptar cierto ritmo y tono cuya gestualidad es la de quien interpreta un material pre-determinado; esto en contraste, por ejemplo, con la prosodia derivada de una “improvisación” más libre, o la de una “declamación”, memorizada y retóricamente ensayada.

[18] Para Campos se hace un apartado especial que se titula “inéditos”, mientras que para Huerta esta aclaración se hace al lado del poema, entre paréntesis, cuando es el caso. Este dato resulta por lo demás muy significativo, pues da cuenta de que la obra comienza a circular y a conocerse primero en audio, de modo que no hay la dependencia o tentación de un cotejo con una fuente  “original” escrita.

[19] Respuesta consignada en uno de los correos electrónicos recibidos en marzo de 2015.

[20] Confunde también aquí el alto número de obras clasificadas por rubros que distinguen entre las “letras mexicanas en voz de sus autores” de las de “iberoamérica en voz de sus autores”, y que parecieran abracar más que las de Voz Viva, pero que en realidad ni siquiera cubren el archivo de la colección. La clasificación también confunde en cuanto a sus rubros: hay entradas a “literatura universal”, “narrativa mexicana breve”, “cuento”, ensayo”, “teatro de atril”, “radioarte”, “voces en punto de partida”, “lenguas de México”, además de grabaciones en torno a otras áreas del conocimiento que incluyen las ciencias. (véase http://descargacultura.unam.mx)

[21] Domínguez, correo electrónico recibido el 27 de marzo 2015.

[22] http://www.literatura.unam.mx/index.php/colecciones/voz-viva, consultado en noviembre de 2016.

[23] Un intento clasificatorio por géneros, al menos en lo que corresponde a los creadores mexicanos y a las grabaciones editadas hasta 2014, fue hecho por la Enciclopedia de la Literatura en México de la Fundación para las Letras Mexicanas y puede consultarse en la siguiente dirección electrónica: http://www.elem.mx/institucion/editorial/41/1392/424. El rastreo, sin embargo, no parece haber sido exhaustivo, pues por ejemplo en el apartado correspondiente al género poético se omiten grabaciones de autores que han presentado entre sus lecturas más de un género, incluyendo la poesía. Asimismo, asombra que aquí se incluyan voces como las de Neruda, que no corresponden a la serie específica de autores mexicanos.

[24] El boletín de prensa del Instituto Cervantes lo anuncia así: “Tras el convenio firmado entre el Instituto Cervantes y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la red de bibliotecas del Cervantes pone a disposición de los usuarios destacadas publicaciones digitales de la principal universidad de Latinoamérica.

El Instituto facilita el acceso a las colecciones digitales de la UNAM Voz viva de México y Descarga Cultura, formadas por unos mil documentos, de los cuales un centenar ya se ha incorporado a la biblioteca electrónica del Cervantes, y el resto se irá sumando paulatinamente. Todos ellos forman parte de un proyecto cultural de dicha universidad que recupera las voces y las letras de la literatura en lengua española y de la historia de México. (“Las voces de grandes autores en español ya pueden escucharse en la biblioteca electrónica del Instituto Cervantes incorpora destacadas publicaciones digitales de la UNAM, entre ellas la colección Voz viva de México´”, 20 de noviembre de´ 2014, http://www.cervantes.es/sobre_instituto_cervantes/prensa/2014/noticias/biblioteca-electronica-ic.htm, consultado en noviembre de 2016).

[25] http://catalogo-bibliotecas.cervantes.es/electronica/abnetcl.exe/O7148/ID328412f1/NT3, consultado en noviembre de 2016.

[26] Aun con el resurgimiento de la nostalgia del acetato, que ha llevado a comercializar de nuevo los tocadiscos, ya no es la norma el contar con uno en casa, como tampoco lo es el tener un reproductor de casetes o de CD’s.

[27] En narrativa, quien aparece después de Castellanos es Elena Poniatowska (única representante que cuenta con dos distintos volúmenes, uno titulado “Textos” bajo el número de catálogo VV37 de 1970, y otra como “Obra reunida”, no. VV109 de 2009), seguida en la década de los setenta y ochenta por Julieta Campos, Inés Arredondo y Josefina Vicens; y en los noventa y cambio del siglo Carmen Boullosa, Maruxa Vilata, Aline Petterson, Margo Glantz y Raquel Tibol.

[28] http://www.elem.mx/institucion/datos/330, consultado el 21 de noviembre de 2016.

[29] Los poetas recogidos bajo la colección del Colegio Nacional son Alfonso Reyes, Salvador Novo, Jaime Torres Bodet, Ramón Xirau, Rubén Bonifaz Nuño y José Emilio Pacheco.