Discurso, voz, identidad y presencia de las “Mujeres en su lengua”
La colección “Mujeres en su lengua” está conformada por obras de Mimí Kitamura, Betsy Numen, Zyanya Nallely; de Marcela Zamudio y Karen Márquez, habitantes de las fronteras de Chihuahua y Tijuana, respectivamente; de Karen Hache, integrante de la agrupación de rap La Otredad; de Jimena González, Yssel Tarín Abrego; de dos hablantes de lengua Tu’un savi: Nadia Ñuu Savi y Celerina Sánchez; de voces reconocidas por su amplia trayectoria: Sara Raca, Victoria Cuacuas, Edmeé Diosa Loca. En medio de ambas generaciones encontramos a quien escribe, Cynthia Franco, nativa de Tijuana y a Hebe Rosell, como figura mentora, guía, Maestra e iniciadora de muchas de nosotras: todas mujeres que hemos caminado por la oralidad mediante diferentes técnicas y posibilidades, usando como extensión de lo vocal la corporalidad y la teatralidad del texto, la expresión a través del canto, el rap y las décimas, las improvisaciones y una gama de potencias sonoras.
La colección que aquí se muestra fue concebida a partir de una mirada como gestora y, por ende, como enlazadora de mundos, para denotar la escucha y permanencia del trabajo y trayectoria de voces jóvenes y pioneras de la poesía en voz alta que tuvieran composiciones más que poemas. Voces que reflexionan en torno al papel de la mujer y sus propias historias nombradas en el punto histórico que cada una habita. En varios casos, y es de reconocerse, hemos decidido luchar dedicándonos a explorar diferentes resonancias y proyectos donde no sólo nos beneficiamos a nosotras mismas, sino también a otras mujeres y comunidades.
Es así como el camino recorrido nos permite proponer a la enseñanza de nuevas voces, organización de eventos, charlas, y entrenar la escritura como partitura enriquecida por el sonido y sus variaciones. Una labor que requiere entrega, disciplina, perseverancia, presencia, diálogo, fuerza en el discurso y, sobre todo, voz verdadera. Cabe decir que la selección también fue pensada desde la generación y disposición de vínculos colaborativos y afectivos.
Entrar en tema desde el nombramiento “selección” es delicado, puesto que entre la escena eslamera y performática en general, surgen casi a diario nuevos poemas y públicos. Así es como establecimos criterios entre la poética spoken word (Poesía hablada o en voz alta) y su hermandad con el movimiento slam poetry del que hablaremos más adelante. Ésta resulta una labor compleja en la medida que buscamos, como ya lo mencioné anteriormente, profundidad y contundencia en su escritura, además de fuerza en la ejecución, una reflexión universal, es decir, que sea una postura para el mundo, y entrenamiento vocal. Algunas de ellas, como Edmeé Diosa Loca, Sara Raca y Victoria Cuacuas,tienen material grabado de forma profesional y puede escucharse en redes a través de los siguientes links:
http://diosaloca.mx/author/edmee/
http://sararaca.com/tejidosdelaire/
https://www.youtube.com/watch?v=A3UC29v1owg.
Cabe mencionar que en el ámbito del slam de poesía, no sólo se encuentran las aquí antologadas en esta primera edición, pues las voces de Mariana Era, Sandrah Mendoza, Shimara Magaly, Itzel Nayelli y Joana Medellín también forman parte de la escena, activas o inactivas, siguen adelante con sus propios proyectos y en mayor medida, con formato de micrófono abierto más que slam poetry. Ellas han marcado el spoken word con poemas que contribuyen al diálogo en torno al feminismo desde una postura crítica y en permanente lucha y resistencia. En una próxima colaboración con Poética Sonora se pretende sumar voces a esta colección para enriquecer esta conversación.
En “Mujeres en su lengua” se muestra que la oralidad es un puente desde antes de que exista la palabra escrita. Cuando decimos poesía en voz alta, también incitamos y provocamos, conducimos a la confrontación tanto por el contenido como por las formas de expresarlo con la mirada, por medio del contacto y la conexión, la constante búsqueda por atravesar otras historias desde la historia propia.
La colección también está integrada no sólo por mujeres que están dedicadas por completo al slam, sino también cantantes como es el caso de Hebe Rosell, sobreviviente y exiliada por la dictadura en Argentina, es una Maestra Comprometida de la mayor parte de quienes conformamos esta muestra. Desde su historia atravesada, ha levantado voces del asfalto para que, justo como ella nombra, “atraviesen la herida” y se salven a través de la voz. De este modo es posible escuchar que esta compilación está integrada por mujeres congruentes con su vida y obra: ponemos el cuerpo donde ponemos la palabra, ponemos la mirada donde ponemos la presencia, donde tocamos, decimos, donde decimos, tocamos.
Desde nuestras muy peculiares historias ha surgido el canto y la necesidad de visibilizar hablantes de la lengua originaria Tu’un savi como Celerina Sánchez y Nadia Ñuu Savi; con ellas, insistimos en incluirlas. Ambas migrantes que vienen a mostrar su constante ‘re-existencia’ para denunciar violencias en sus comunidades, en su misma lengua y herencia.
Si usamos la palabra, es para dialogar desde el compromiso con nosotras mismas y el mundo. Poetas como Karen Márquez, Marcela Zamudio y quien suscribe, también nombramos el sacrificio y ardor que habita las fronteras de Tijuana y Chihuahua donde nos enfrentamos con el desierto y la falta de posibilidades. Así seguimos poetizando el norte y sublimamos su raíz aun cuando es la esquina que da miedo tocar. De esta forma hemos aprendido a sostener nuestra palabra con el ritual de aullar las llagas y defendernos con garras. Nuestras voces emergen desde el desierto para renacer en un cántaro, volcánicas y fuertes. Inventamos una lengua para poder parir. Parir es poder.
Voces como las de Zyanya Nayelli, Jimena González, Karen Hache, Mimí Kitamura y, yo misma, Cynthia Franco, somos voces jóvenes que aún aprendemos entre identidades, resonancias y nos sostenemos también de las poetas que ya tienen más sendero recorrido, técnica y herramientas. E incluso, podría decir de mí, que me encuentro en medio de dos generaciones, las de trayecto y las contemporáneas, buscando tejer e involucrar ambas vertientes. A partir de esta selección queda claro que algunas no se dedican de lleno al slam poetry; sin embargo, era y es urgente involucrar a participantes activas en defensa de su labor como mujeres vibrantes, ya que aún tenemos mucho trabajo y camino que recorrer en torno a la disciplina que implica ser una voz del spoken word, en lo que atañe al trabajo del texto, de la voz, del cuerpo y la técnica misma que se requiere.
Desde luego ser partícipe de Poética Sonora también es buscar y trabajar desde la autogestión para que se viva dignamente de esta labor. La poesía dicha en voz alta se practica como un oficio necesario para la humanidad. Que la poesía sea un puente donde no sólo predominen hombres que gestionan, organizan y “hacen posible”; y más bien, haya mujeres que gestionan, organizan, y hacen posible desde la transformación y celebrando la diversidad. Son las mujeres las que contamos la realidad y desde la grieta nos armamos de valor para subirnos a un escenario tomando el micrófono. Sabemos la urgencia de apoyarnos unas a las otras para mantenernos vivas a través de eso: LA PALABRA.
Cynthia Franco
Marzo 2019
La riqueza de recursos sonoros y verbales a los que pueden acercarse tanto los artistas como el escucha en la Ciudad de México, es innegable. En la presente serie, “Mujeres en su lengua”, encontramos obras de 16 artistas que abrevan tanto de la tradición oral mexicana, así como de la literaria, la musical y la sonora en general. A partir de ellas y sus propios recursos, las poetas elaboran piezas donde exploran la condición femenina desde perspectivas particulares.La curaduría de esta serie estuvo a cargo de Cynthia Franco, artista activa en la escena contemporánea del spoken word mexicano, especialmente del poetry slam. Su trayectoria como artista, así como tallerista y gestora le permite tener una mirada privilegiada de lo que ocurre al interior de la escena; al mismo tiempo, su compromiso feminista y conciencia crítica ayudaron a trazar el panorama de la participación de la mujer en esta comunidad. Gracias a su trabajo interno y a su generosidad, fue posible elaborar una muestra representativa del estado actual de dicha escena: los recursos de los que se valen las artistas, así como sus preocupaciones temáticas, perspectivas particulares y características tonales.
En principio, la serie pretendía incorporar únicamente obras nacidas y ejecutadas en el ámbito del slam de poesía, sin embargo esto fue reconsiderado por distintas causas: la primera que saltó a la vista de la curadora fue la baja participación de mujeres en el ambiente, lo que no contribuye a que tengan una trayectoria sólida. La segunda, consecuencia de la primera, era el escaso material representativo que demostrara la riqueza expresiva de las poetas. Así fue como se decidió abrir el espacio a piezas de spoken word, no necesariamente surgidas en los torneos. Aunque, cabe mencionar, la mayoría de las autoras presentes en la serie han participado en estos eventos inclusive como invitadas especiales[3], es decir, han dado a conocer parte de su trabajo sin entrar en la dinámica de competencia y han llegado a utilizar instrumentos o su participación ha excedido (y suele exceder) los tres minutos.
El criterio principal de esta selección, además del eje temático, es la cantidad de herramientas expresivas que cada una de las colaboradoras maneja en la creación de sus obras, pues esto implica una poética mucho más definida y completa. Aunque Cynthia Franco consideró de suma importancia que el discurso vertido en cada una de las piezas debía contener un mensaje potente, un lenguaje trabajado y apelar a la realidad de la mujer, también fue de común acuerdo que era necesario el uso de recursos sonoros variados, tales como el manejo de niveles y tonos de la voz, cambios de tesitura, matices expresivos, el uso de cantos, rezos, pregones, la incorporación de tecnología, hasta del silencio mismo. Resultó interesante relacionar la riqueza expresiva con el dominio del espacio, el uso del cuerpo en la escena y la interacción con el auditorio, aunque estos aspectos no pueden apreciarse del todo en los audios.
Un criterio de lectura revelado después de contar con las obras de las colaboradoras, fue el cronológico. Dicha clasificación no atiende a las edades de las 16 participantes, aunque a primera vista lo parezca. La propuesta clasificatoria divide al grupo en dos generaciones:[4]
La primera generación está conformada por quienes incorporan más elementos sonoros debido a que su trayectoria en el spoken word les ha permitido explorar otros campos más allá del de las letras, como el canto o la música experimental. Ésta incluye a Sara Raca, Edmeé García DiosaLoca, Victoria Cuacuas, quienes se caracterizan por tener una carrera más consolidada y cuya labor ahora es también la de guiar a las nuevas generaciones, es decir, también se dedican a la enseñanza de la tradición femenina mexicana de la literatura spoken word y formas de trascenderla. A pesar de que Cynthia Franco se auto-catalogó en un rubro aparte, pues se considera un puente entre las más experimentadas y las noveles, también pertenece a esta primera generación.
La segunda generación está conformada por quienes aún son muy cercanas a la lectura de poesía en voz alta. Entre ellas, a pesar de su edad se encuentra Elisa Yssel Tarín Abrego, por ejemplo.
Cada artista, desde su peculiar constelación, aporta elementos valiosos a la escena del spoken word. Por ejemplo, Jimena González[5], quien ha colaborado en numerosos eventos con Cynthia Franco, pese a ser de las más jóvenes, plantea temas de denuncia y nuevas formas de pensar el ser mujer contrarias a las establecidas. En el campo de lo vocal, juega con los tonos de iras, afectos y sensualidad, a la par que va del susurro al grito potente, considerados por la tradición machista poco propicios para las poetas.
Hebe Rosell, originaria de Argentina y naturalizada mexicana, destaca por los recursos utilizados en el manejo de lo vocal. Su pieza “La llamada” le da fuerte peso al canto y en específico al arrullo; la presentó durante el evento ¿Qué hacemos? Seminario/coloquio Voz, conciencia, identidad y compromiso en la escena contemporánea (2018). En ella se nota su formación como musicoterapeuta, cantante y compositora, pues por medio del canto, el grito y la recitación enuncia las heridas sociales y hace un llamado a la sanación de una herida antigua por medio de la voz, el arrullo y la proximidad. La pieza entreteje el lenguaje musical y literario.
Sara Raca, nacida en Guadalajara, Jalisco, en “Ruido y silencio” incorpora el pregón comercial, al estilo de vagoneros del metro, con canción, grito, eco, ruido y sonidos. Como en toda su obra, en esta pieza, Sara cuestiona constantemente el papel del escritor y de la literatura misma. Apela a una tradición sonora, así como a las herramientas de las que se puede valer la poeta de spoken word. Aunque en esta pieza no alude a la situación de la mujer en específico, sí enuncia algunos de sus problemas sociales. Es una reflexión sobre la materialidad de la palabra y el sonido.
Victoria Cuacuas, de Puebla, acude al canto y a la palabra dicha en la pieza “Mujer dejando huella”. Plantea preguntas alrededor del uso de la palabra por parte de las mujeres, desde su propia experiencia. El video de esta pieza es posible encontrarlo en la plataforma DiosaLocaMx y en el perfil de ésta misma página en YouTube. Gracias a este video se puede confirmar el dominio escénico de Victoria, producto de su rol como cantante en diversos grupos y proyectos, así como en la escena spoken word donde participó en las batallas de verso en el evento Secretos de Sócrates, en el 7° Macro Slam y en el primer Circuito Nacional del Poetry Slam MX (en el que ganó el tercer lugar).
Edmée García quien ofrece tres versiones de la misma pieza “Mujer no es tu culpa”, una de las cuales es trilingüe, mientras que en otra mezcla poesía con música experimental junto a Alda Arita, y en la tercera utiliza loops. Oriunda del Distrito Federal, alumna de Hebe Rosell, es una de las mujeres con mayor trayectoria en el spoken word con al menos tres poemarios de corte oral publicados. Con este poema representó al país en 2016 en el slam de la Festa Literária Das Periferias o FLUP, Brasil. A lo largo de su trayectoria ha combinado la poesía con la música (ha colaborado con varios músicos) y experimentado con su voz. Gestora de la escena spoken word mexicana, tiene un portal sobre el tema[6], mismo donde se encuentra el video de esta pieza en dueto con Alda Arita, guitarrista de música experimental, grabado en Radio UNAM.
“Frontera” es el nombre de la pieza de Cynthia Franco, nacida en 1989 y curadora de esta serie. Fue presentada por primera vez en el mismo evento en que Hebe Rosell dio a conocer “La llamada” en 2018. En este poema, Cynthia explora los límites de la palabra con el canto. A pesar de nunca haber tomado clases con Hebe Rosell comparten muchas ideas sobre la voz y su función sanadora, liberadora.
Nadia López García (Oaxaca, 1992), poeta, traductora y pedagoga, colaboró en la serie con la pieza bilingüe “Savi” en la que explora la relación de la mujer con la palabra y lo sagrado. Su carrera está ligada a la poesía en lenguas originarias y a la literatura escrita (fue becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas). Comprometida con su labor como escritora y difusora de la literatura en mixteco, Nadia ha trabajado y participado con numerosas instituciones educativas y literarias. Su participación en la escena spoken word es ocasional y sus recursos vocales no son tan extensos; sin embargo, su inclusión en la serie fue indispensable debido a la poca presencia de las mujeres en la escena.
“Las otras” de Jimena González (Ciudad de México, 2000), ha sido presentado en diversos eventos de poesía en voz alta en su ciudad natal, entre ellos Santa Slam, la presentación del proyecto de colaboración entre Poética Sonora y el Centro Transdisciplinario Poesía y Trayecto A.C. en la Feria del Libro del Zócalo capitalino (2018), y recientemente en los eventos y presentaciones de la antología de textos feministas Tsunami, de la editorial Sexto Piso (2018).
En “Parábola del exilio”, Mimí Kitamura (Ciudad de México, 1989) hace un recuento de la mujer en relación con los siguientes temas: sexualidad, fe, religión, muerte, mar, engaño, amor, inocencia, pecado, mito, género. Esta pieza resultó ganadora en la final de los suavislams de Rojo Córdova y acreedora a representar a la Rojo Liguilla en el Circuito Nacional Poetry Slam MX (2017). Estudiante de Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, Mimí Kitamura se desarrolla tanto en la literatura escrita como en el spoken word, donde realizó un ciclo de slam junto a Sandrah Mendoza. Su participación como creadora en la escena de la poesía en voz alta es constante y sus temáticas variadas. El texto se encuentra publicado en su página de Medium.[7]
Karen Márquez Saucedo (Tijuana, 1986) es escritora, activista feminista autónoma, co-educadora comunitaria, productora y creadora de arte ritual. La pista alojada en esta serie contiene dos piezas al hilo: “Viendo el sol” y “Ay, amor, reventaremos”, grabadas con ayuda de Dinorah Heredira AKA Fémina Fatal. En la primera pieza sólo hay voz que recita en un tono monótono, pausado y grave. Entre piezas se escucha un silbato, maracas y un tambor; en la segunda pieza suma instrumentos: cascabeles, tambor, guitarra y flauta conviven con otros sonidos producidos por su voz. En ambas reconocemos un ejemplo de su poesía ritual, en el que enuncia distintas formas personales de entender y practicar el amor en el contexto social de la frontera norte de México.
Karen Hernández o Khäf Vocablo[8] es originaria de la Ciudad de México. Rapera, poeta y activista mexicana, su mayor trabajo artístico ha sido en el ámbito del rap, con una trayectoria de más de 3 años en la escena nacional. Cuenta con una variada producción artística que también incluye poesía, piezas musicales y spoken word. La pieza que incluye en esta serie es “El corazón en pedazos”, creada para la manifestación del 8 de marzo de 2018. En ella enuncia las maneras más evidentes de violencia a las que se enfrentan las mujeres cotidianamente y apela a la rabia de quienes están conscientes de estos problemas. Interpela a los violentos y a los indiferentes, mientras que a la par expresa un deseo de felicidad ante la situación. Encuentra esperanza en el pacto sororario.
Celerina Patricia Sánchez Santiago (Oaxaca, 1967), poeta Ñuu Savi, cuenta con numerosas publicaciones. Al igual que en el caso de Hebe Rosell, tanto su trayectoria como su formación las ponen en un rubro aparte de las demás participantes en la serie. La tradición de la que se nutre la obra de Celerina está ligada a la oralidad y a la ritualización y aunque cuenta con numerosas presentaciones en vivo y colabora con proyectos de poesía oral, sus poemas están concebidos para el formato de la literatura escrita. A diferencia de poetas cuyas carreras se han desarrollado en el spoken word, los recursos sonoros que se encuentran en su obra operan de distintas maneras; en “Natsiká” nos encontramos ante un caso de poesía musicalizada con la armónica de Víctor Gally, es decir, se trata de un mixmedia, no de una pieza intermedial, a diferencia de otras piezas, como el caso de Karen Márquez.
La agrupación La Otredad nació en la ciudad de México en el año 2013. Actualmente está conformada por tres raperas: Cabra, Mina y Letras Grandes, a quienes se suma el DJ Haha Jones. “Destino”, la pieza compartida, es una versión previa de la definitiva que forma parte del disco Tui, el cual subieron en 2019 a distintas plataformas como Spotify y Souncloud; y a YouTube en diciembre de 2018; es una declaración de principios que siguen como agrupación, pero también como participantes de la escena spoken word, pues suelen presentarse (juntas o de manera individual) en slams de poesía y con mayor frecuencia en eventos de micrófono abierto. La pieza tuvo algunos cambios que pueden escucharse al contrastar esta versión con la definitiva.
“Rojo” es la pieza de Zyanya Reyes, ejecutada en colaboración con Cynthia Franco. En ella explora la relación de la identidad femenina con este color, asociándolo, principalmente, a la sangre menstrual y a la violencia cotidiana. La ha presentado en distintos espacios de la escena spoken word de la Ciudad de México.
Betsy Numen colaboró con “La noche estrellada”, un juego de palabras con “Yahvé” con el que evoca una relación ambigua entre lo terreno y lo divino. Poeta, licenciada en Estudios Latinoamericanos, ha participado en numerosos eventos de spoken word y ha sido llamada “leyenda del slam mexicano”. Algunas de sus participaciones más importantes a nivel nacional incluyen el primer encuentro Secretos de Sócrates MX (2015), su actuación en La Corrala del Mitote en Centro Cultural Universitario UNAM (2016), en Poesía en Voz Alta de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (2015).
Zamudito Loco, de Chihuahua, fue representante de su estado en el Primer Slam Nacional Mx y en la quinta edición del MacroSlam, los cuales tuvieron lugar en la Ciudad de México en 2017. La pieza que alberga la serie “Mujeres en su lengua” es “Impotencia I”, en la cual denuncia la normalización de los feminicidios. Es posible distinguir dos fases: la primera es una descripción del proceso cuando es descubierto el cadáver de mujer asesinada, mientras que la segunda es la reacción ante la impunidad y la denuncia. Parte de un tono neutro que sube hacia la voz rabiosa conforme utiliza la aliteración con la sílaba inicial del título. Existe un video de esta misma pieza en YouTube.[9]
En la pista de Yssel Elisa Tarín Abrego, “Incorrecta”, hay una exploración de rituales familiares asociados al crecimiento y desarrollo de la mujer como ser social, la asimilación y superación del miedo. Relaciona el cuerpo con lo orgánico ante lo artificial. Enuncia la desobediencia para renacer y el uso de la palabra como herramienta de conocimiento y desobediencia. Utiliza aliteraciones, sonido de golpes y ciertos guiños con el canto. El texto de esta pieza fue concebido como una partitura que permite modificarse, adaptarse según propone en el contenido.
A partir de esta breve revisión de las piezas que conforman la serie, es posible afirmar que algunas apelan a una de las ramas más fuertes de las que se nutre el spoken word mexicano: los ritos provenientes de la tradición oral. Y es que cada una de las artistas seleccionadas surge de una esfera específica de la escena y posee una trayectoria en la cual ha desarrollado su poética.
Al mismo tiempo, se hace patente la prioridad de establecer puentes y alianzas entre la comunidad, siempre replanteándose el lugar desde el que se enuncia. Es decir, a través de lo que Hebe Rosell determina como “la herida” histórica de todas las mujeres, avanzar para sanar, para completar, y con ello crear una voz potente, abarcando distintas disciplinas para tocar al otro, al escucha, convertido en parte activa del proceso comunicativo y creativo.
Esto es importante porque, históricamente, las mujeres han ocupado un lugar marginal en muchas ramas del quehacer humano. La escena del spoken word no se libra de este mal, a pesar de que se procure una mayor conciencia y haya sectores trabajando en ello. Por ejemplo, el colectivo Slam Femx se apartó de los espacios institucionales debido a la indiferencia y baja reacción ante las constantes denuncias de violencia machista. Esta situación de agresiones e impunidad, ha provocado que las mujeres sean relegadas del escenario.
Es este tenor, esta serie abre un espacio a dichas voces, a la vez que es un llamado a la diversidad, urgente en nuestro país. Por ello, uno de los desafíos al hacer la selección fue el integrar a artistas en lenguas originarias, el proceso evidenció la ausencia de poetas eslameras en lenguas indígenas, a diferencia de los distintos representantes masculinos como Kipper, mazateco, o Juan Sant, rapero totonaco; este último ha participado a nivel internacional. La serie incluye a Celerina Patricia y a Nadia López García, ambas hablantes de mixteco, sin embargo ellas no participan (y ninguna otra mujer) en la escena del slam de poesía de la Ciudad de México. Fue una lástima que tampoco se contara con la participación de la comunidad queer, a pesar de la invitación, lo que confirma la desconfianza de este sector hacia los espacios donde intervienen instituciones públicas.
En cuanto al trabajo de editorialización, fue enriquecedor distinguir los recursos que manejan las poetas de la escena, el acercamiento a sus distintas perspectivas de lo que significa ser mujer y el papel que juega la voz, el sonido y el cuerpo. Sobre este elemento, el cuerpo, y la interacción con los asistentes, hay que mencionar que las piezas se encuentran descontextualizadas, pues la mayoría fueron creadas para entablar una comunicación, un intercambio con los presentes, el público, mediante su performance; por otro lado, muchas de las piezas también están compuestas por el lenguaje corporal y artefactual, lo que es poco legible en estas pistas de audio. Esta situación se vuelve problemática al hablar de las clasificaciones, pues las generaciones propuestas apelan al grado de intermedialidad que manejan las poetas y al carecer de estas evidencias, se corre el riesgo de no ser entendido a cabalidad.
Marzo 2019
[1]Asistente de curaduría de esta serie. Es Licenciada en Lengua y literaturas hispánicas por la UNAM y estudiante de la maestría en literatura mexicana contemporánea en la UAM Azcapotzalco con el proyecto de investigación: Spoken word y slam de poesía, la escena mexicana contemporánea a la luz de la intermedialidad.
[2]Subdirectora y coordinadora del Centro Transdisciplinario Poesía y trayecto, A.C. Estudió Comunicación en la Universidad Autónoma de Baja California. Poeta, maestra de spoken wordy de ceremonias. Coordinadora del proyecto de performance Caléndulas Canela. Ha publicado los libros En caso de tristeza, jale la palanca, No tengo Lada con la editorial extinta (H)onda Nómada Ediciones; y Hatsí con Astrolabio Ediciones. Coordinadora del proyecto Haz un libro y haz barrio. Performer en Casa de Huéspedes (CCU Tlatelolco, 2014). Beneficiaria del FONCA-CONACULTA para realizar el Festival Los Lenguajes Alienígenas y actualmente, beneficiaria del proyecto Circuito Nacional Poetry Slam MX (2016-2017). Performer en el proyecto binacional Donde dos verdades se encuentran (2016) apoyado por la Secretaría de Relaciones Exteriores, Sensorama (Karen Márquez, Tijuana, 2016), entre otros. Ha impartido talleres infantiles, juveniles y para nuevos creadores en diferentes instancias. Publicada en Tercera Vía.
[3]En el caso de Hebe Rosell, participó como invitada especial en el slam no. 33 de la serie del Centro Cultural Digital, coordinada por Rojo Cordova.
[4]La propuesta que se presenta a continuación aplica solamente para las piezas vertidas en esta serie, aunque los motivos que cualifican las obras responden en buena medida a la poética de cada autora. Cabe mencionar que tanto Hebe Rosell como Celerina Patricia constituyen casos aparte, debido a su trayectoria y a la naturaleza de su trabajo.
[5]Co-coordinadora del Proyecto POM (Palabra Oralidad Mensaje). Es considerada la poeta más joven de América Latina, pues a la edad de 16 años ya contaba con un poemario publicado, presentaciones en distintos recintos, así como una postura y estilos consolidados.
[7]https://medium.com/mim%C3%AD-kitamura/par%C3%A1bola-del-exilio-5c7b06b77342
[8]Es posible encontrar su obra en distintas plataformas como Spotify, YouTube y Soundcloud, así como en su página de Facebook.