Dedicada a Michele Abondano, esta pieza está conformada por bloques de ruidos de feedback de micrófono, mientras una voz intenta la articulación de la palabra «silencio». Cortes rápidos hacia paisajes sonoros, sencillas melodías de voz y guitarra, un cúmulo de gritos que se transforman hasta un bloque de niñez, de insectos y de lluvia, buscan un territorio que se fugue de las atrocidades del mundo. Esta pieza se produjo gracias al Programa de Maestría y Doctorado en Música de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) durante mi investigación Del medio que luego invade: experiencias creativas a partir del paisaje sonoro y el glitch, posturas estéticas mediadas por la tecnología (2013-15)
Fabián Ávila Elizalde | Composición |
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