La pieza propone un retrato del paisaje sonoro de la ciudad de México, hoy en día. El bosque de Chapultepec, el metro, el kiosko de Santa Maria la Ribera, la feria de los tamales en Coyoacán, la Alameda y sus skates, una noche en la lucha libre, son unas de las referencias sonoras. A partir de las grabaciones originales, la pieza busca que el oído se enfoque en unos detalles, unos zooms sonoros, pretende captar diálogos, movimientos impredecibles, yuxtaposiciones inéditas o situaciones insólitas. El hecho de extraer estas muestras de sus contextos no solo pretende enfocar la atención hacía a ellos, sino también liberarlos de la grabación original para que puedan operar una eclosión tímbrica, morfológica y espacial independiente. Audios extraídos de una jungla urbana se reestructuran, se mezclan, se vuelven objetos abstractos con otro significado. Dedico esta pieza a todos los que viven en la ciudad de México, generando y compartiendo sus sonidos entre utopía e infierno. La pieza es un encargo del Foro de Música Nueva Manuel Enríquez para ser creada en el Espacio de Experimentación Sonora del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (UNAM). El formato original es de 22.2 canales de audio.