Con sonidos provenientes de aparatos, estática y pulsos eléctricos se acompaña al poema que habla sobre la noche, la luz y la muerte. El ritmo constante de la música recuerda el transcurrir del tiempo, éste se detiene justo antes de que se diga la última frase, representando las horas contadas.
Hernán Bravo Varela | Composición |
Guillermo Guevara | Composición |
Hernán Bravo Varela | Lectura en voz alta |
Rocío Cerón | Contribuidor |
Motín Poeta | Publicador |
Discos Konfort | Publicador |
Filtro | Producción |
Grabaciones del Cuarto Blanco | Ingeniería de sonido |
…y esa vela velándote la demasiada sombra para verte, tendida ahí, en un aparte níveo. Indecididos, indeterminados, no sé si el corazón, corazonada, o si el exterior bodega, como suele pasar al dividir la noche sobre dos. Memoria mía, están por apagarse los pabilos posibles, y esa muerte va de pedir a despedir _se nos agotan olas para romper con eso que solía hundirnos una trama_; de cortar a cortar por el camino más largo hacia la sombra en lo que vuelves de no volverme a ti; va de clavarse a desclavarse, y esa vela te luza muellemente los ojos del dormir, y el 24 en puerta, a las afueras de cuanto nos fantasma, no saber ser un día. después ni sus contadas horas.
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