Texto

Una de las implicaciones de encarnar en un cuerpo de mujer en este mundo y su cultura es que siempre debes estar pensando si lo que estás haciendo es apropiado. Si tu atuendo podría ser tachado de “invitador”, si tu conducta podría ser considerada provocativa. Porque seguramente serías culpabilizada en caso de ser víctima de una agresión. Esto no sólo es posible, pasa diario y la mala noticia es que no importa qué te pongas, no faltara quien te culpe de tu propia desgracia. Pero mujer si alguien te agrede no es tu culpa, sino la culpa del agresor y su ignorancia. Por eso es importante que conforme crezcas entiendas que aún si eres culpada, no es tu culpa. Si alguien te molesta, te mira con lascivia, te cosifica e insulta, no es tu culpa. Si alguien toca tu cuerpo como si fueras propiedad pública, como se toca un poste de la calle, un pasamanos, o los botones de un elevador. No es tu culpa si alguien dispone de tu vida y representa tu cuerpo como un objeto de compra-venta en un intento de reducir todo tu ser a tu interfase con esta realidad, la que te permite experimentar y aprender las lecciones que la brutalidad de estas culturas nos ofrecen. No es tu culpa. Aún si tuvieras que cargar con la responsabilidad de ser molestada, acosada, abusada y asesinada por tu sexo, tus rasgos, tu “raza”, por tus gustos, preferencias, afectos y vulnerabilidad. Aún si te traicionan y abusan tu confianza. Aún entonces no es tu culpa. Así que camina orgullosa por el mundo porque aún si no pudieras vivir lo suficiente para entenderlo, la mujer salvaje dentro de ti, que todas somos se regocijará si cruzas por la humillación con la convicción de tu inocencia. Sabe que aunque te sientas humillada e impotente esto sí hace una diferencia. Porque si tú crees en ti, entonces puedes ser la encarnación de ese conocimiento en este ignorante mundo tridimensional y compartirlo con quienes te rodean. Si lo experimentamos juntos entonces algo puede cambiar. Eso hace la diferencia y es la razón por la que estamos aquí, como impulsos tras las fluctuaciones históricas en esta experiencia de realidad dura y concreta. Así que mujer camina orgullosa, sabe que no es tu culpa y si ardes o pereces en el intento Recuerda que eres amada y maravillosa. No una cosa, pues el ser trasciende la materia. Sabe que aún si este cuerpo ahora parece real hay un abanico de posibles realidades más allá de él a las que tú y yo estamos conectadas. Y mujer la verdad es que ser lo que seas, será provocativo porque en este punto de la historia las mujeres todavía no tenemos del todo permitido ser quienes somos. Pero puede suceder porque si ahora puedes escucharme estás consciente, eres subjetiva, y tienes deseos de independencia, intenciones, voluntad. Y eres un vórtex de posibilidades infinitas así que vive alto y profundo, tan ancha como puedas y se lo que seas, lo que tú quieras ser.